La Venezuela
de hoy
Por Carlos Vicente Torrealba
twitter:@cartorrealba
Qué fácil es opinar,
que fácil es criticar, que fácil es hacerse el estúpido pensando que nuestra
verdad es absoluta en medio de una de las crisis más humillantes que los
venezolanos hemos vivido en toda nuestra historia republicana.
Qué
fácil es echarle la culpa al otro, al pendejo desde luego; porque al vivo
criollo se le admira, igual que al delincuente, al estafador, al incapaz,
al ladrón, si al ladrón que nos quitó el presente y el futuro ya
que este al parecer no habrá por varias generaciones, ya que la
Venezuela de ayer no regresará jamás, esa se extinguió como los dinosaurios
y lo peor: hemos sido nosotros mismos por irresponsables, inmaduros,
facilistas y entreguistas.
Los venezolanos de
Páez con sus lanzas en un vuelvan caras en las Queseras del Medio o Carabobo o
los del noble Sucre en Ayacucho y Pichincha o los de Bolívar en los
Pantanos de Vargas o en el Paso de los Andes no existen ya. Como Kafka,
trasformamos a hombres bravos, orgullosos, dignos y machos en
simples bachaqueros, hambreadores de sus hermanos y
pedigüeños de limosnas de sus riquezas. Para colmo se le echa la culpa a
otros: sea la CIA, G2 marcianos, comunistas; al final la culpa es del “Imperio”
de pendejos que somos nosotros.
La Venezuela de ayer
no volverá y la de mañana será otra cosa, si es que se llega al mañana a este
país. Sí país!, ya que perdió el rango de Nación. Pasará a la historia
como la única nación que azuzó a sus enemigos naturales para que la invadieran,
se le dio las llaves de las arcas, se le instruyó como nos debían zaquear, violar y prostituir nuestras mujeres, esclavizar
a nuestros niños con el opio de la flojera, el facilismo y la mendicidad. Para
colmo y más espectacular se les pagó para que lo hicieran.
La Venezuela de hoy
está compuesta por una solo ideología o por lo menos la más domínate la que se
llama “cuanto hay para eso”. Aquí no importa país, estado, pueblo,
familia, ni madre e hijos. Aquí importa el saqueo colectivo,
endógeno y protagónico eso si siempre hay que embriagarse del licor
de la democracia esa que se define como: “la propia mía de mí”, es decir: la
que me dé la gana.
La Venezuela de hoy no
es resultado del azar amigos; es que
desde los textos de Sun Tzu, Sun Bin, Maquiavelo, Napoleón y Karl von
Clausewitz nos enseñan que la capacidad de flotar de un gobierno no está en
hundirse y la de una oposición de tratar de ser socio del gobierno.
Lo cierto es que el odio de un
pueblo es tan solo el preludio de la violencia, es como una obertura ante el
gran sainete de la auténtica guerra.
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